MIGUEL ANGEL ROJAS PAZ
Todo comenzó un DIA soleado de domingo, era uno de esos días donde uno se dice a sí mismo, “hoy me voy a la piscina”. Pero ese no era mi caso, ese día estaba planeando ir a la quinta de mi tía Margarita, ella era hermana de mi madre, su quinta está ubicada al norte de Santa Cruz ,30 Km. de un pequeño pueblo llamado Portachuelo
Salimos de mi casa a las 13:00 pm con mi primo, mi prima, mí hermana y yo partimos en un taxi rumbo a la Terminal de Buses de Santa Cruz, al llegar a la Terminal teníamos que caminar a la parte de atrás, porque era de allí de donde salían los buses que nos trasportan, una vez allí dejamos las maletas dentro del bus.
Luego salimos a tomar unos refrescos, porque quedaba como unos 15 minutos para que partiera el bus.
Sin percatarnos, la hora pasó en un abrir y cerrar de ojos, al volver el bus ya había partido,
¡¡¡mierda!!!! Dijimos todos nosotros
¿Qué hacemos? Pregunté
no lo se dijo mi hermana, así que salimos a la parte de afuera de la Terminal para agarrar un taxi para tratar de alcanzar al bus; pero no pudimos, así que nos bajamos en la Av./ Cristo Redentor a esperar si pasaba, esperamos media hora y nada, nunca pasó por ahí, así que agarramos un micros que nos llevaría a Montero..
Nos subimos para ver si alcanzábamos al bus, pero no lo hicimos, así que llegamos a la parada del micro, tomamos un taxi que nos llevara a Portachuelo. Estaba bien, porque de allí, la quinta de mi tía Margarita estaba a solo 30 Km. así que nos subimos al taxi. Tardo como media hora y eso que íbamos a alta velocidad.
Llegamos a Portachuelo a las 18:00 pm. entre día y noche, y no sabíamos qué vehiculo tomar para que nos lleve a la quinta; cundidos por el temor tomamos una motocicleta para que nos lleve..
Los 30 Km. restantes eran de camino ripiado así que el viaje fue muy pesado; montado en una moto y brincando en la misma, nuestros traseros llegaron adoloridos.
La peor parte fue que la motocicleta se quedó sin gasolina un par de kilómetros antes de llegar a nuestro destino, así que tuvimos que caminarlos, estábamos asustados ya que no había luz, sólo la de la luna, porque ya eran las 8 de la noche, al final de todo llegamos sanos y salvos.
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